DEPRESIÓN, trastorno mental.

Depresión, trastorno mental. Muchas personas en el consultorio asocian la depresión con falta de energía y acompañada de tristeza. La depresión suele ser a la vez física y mental. En el plano físico, produce un descenso de la actividad, una gran fatigabilidad, insomnio y un frenado de las funciones orgánicas (estreñimiento, pérdida del apetito, etc.…). Desde el punto de vista mental, se observa una disminución de las facultades de atención y huecos de memoria. La menor contrariedad en la vida parece insuperable. Algunas personas predispuestas tienen tendencia a derramar abundantes lágrimas sin causa real. Finalmente, es en los casos de depresión grave cuando se produce con mayor frecuencia el suicidio. Estados “depresivos constitucionales”: estos estados que padecen las personas son duraderas. Se dice de quienes los padecen que “han nacido cansados”, que “son incapaces de realizar un esfuerzo de voluntad”. Pero hay que tener cuidado con las personas que son irresponsables y haraganas. Su inteligencia puede ser buena, pero se halla como replegada sobre sí misma. En los casos constitucionales, muy raros afortunadamente, de nada sirven los estímulos. Se trata de sujetos abúlicos (perezosos), afectos de deficiencia de la voluntad, debido a la herencia; apenas se puede poner remedio a su apatía. Sin embargo, una educación acertada permitirá luchar contra esta deficiencia que puede agravarse si el ambiente favorece la pereza natural del sujeto. La depresión reacciónales”: el pronóstico de este género de depresión debida a una causa externa es menos grave. Una vez eliminada la causa de la depresión, el sujeto recobra su energía y la depresión desaparece. Las causas de las depresiones pasajeras son, por ejemplo, un excesivo  gasto de energía física o nerviosa (embarazos muy seguidos, agotamiento intelectual, desplazamientos demasiado frecuentes, etc.). La cura de descanso, en casa o mejor aún en el campo, en un marco reposante y nuevo, permite recuperar una vitalidad normal. En el caso de agotamiento intelectual no es aconsejable el descanso prolongado, sino más bien una actividad física moderada, adaptada a la constitución del enfermo. Un shock afectivo (ruptura sentimental) muy violento puede producir los mismos efectos que el agotamiento. En este caso, el cambio a un ambiente distinto es todavía más aconsejable, ya que evita los retornos frecuentes al acontecimiento que ha causado el shock. Finalmente, las “neurosis” (trastornos emocionales) provocan con frecuencia una depresión. En efecto, el enfermo gasta toda su energía en reprimir ciertas pulsiones en su inconsciente. Todas sus demás actividades se resienten. Para curarlo no hay más que un remedio: una cura de “psicoterapia” para “despertar su conciencia” sobre el conflicto. Cuando se haya descubierto la pulsión reprimida, se la podrá desviar hacia fines aceptables por la sublimación, y la depresión desaparecerá.

¿Cómo se inicia la depresión?

Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado; dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento; intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Tipos de depresión

Episodio depresivo mayor/menor.
  • Depresión subclínica.
  • Depresión enmascarada o «somatizada»
  • Depresión con síntomas psicóticos.
  • Trastorno bipolar.
  • Trastorno distímico.
  • Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo.

¿Qué hacer para salir de la depresión?

Cinco formas de superar la depresión
  1. Ejercicio físico. Anda a paso ligero de 15 a 30 minutos cada día, o baila, corre o monta en bicicleta, si lo prefieres.
  2. Cuídate alimentándote bien.
  3. Identifica los problemas, pero no les des vueltas.
  4. Exprésate.
  5. Intenta fijarte en el lado positivo de las cosas.
 
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